viernes, 1 de octubre de 2010

Fantasías sonoras y audiovisuales, profesionales y amateurs


Los medios sonoros y audiovisuales han dado amplio cobijo a manifestaciones fantásticas. La historia comenzó con el cine, se prolongó en la radio y alcanzó cúspides con la televisión.

Durante las Jornadas sobre lo fantástico en los artefactos culturales, Ricardo Haye y Jorge Arabito se referirán a estos temas en la tarde del jueves 7 de octubre.

Mientras Ricardo hará un recorrido general, que bien podría comenzar con “El viaje a la luna” de George Méliès (1902) y terminar provisoriamente con “Lost”, Jorge se referirá a la escritura colaborativa de episodios alternativos a los oficiales por parte de fanáticos seguidores.

De la mano de ambos recorreremos algunos de los capítulos más notables de la fantasía sonora y audiovisual: Orson Welles sacudiendo a los estadounidenses a través de la radio con una presunta invasión de marcianos; Rod Serling burlando al mcartismo y la caza de brujas con la imaginación puesta en “La dimensión desconocida” y una innumerable sucesión de películas malas, regulares y buenas que alguna vez nos hicieron preguntarnos “…¿y si fuera así?”.

Tan fuerte ha sido el poder convocante de estas fantasías que dieron lugar a ese fenómeno colateral casi inadvertido que ha venido creciendo por afuera de los bordes de las comunidades de experiencia primaria. Son los fanfic, con los que numerosos “realizadores” reescriben las historias que las industrias culturales les entregan, a fin de ajustarlas mejor a sus gustos personales.

Este fenómeno no es nuevo, si consideramos los numerosos ejemplos que ofrece la literatura clásica y que arrancan con las sagas homéricas. Pero en nuestros días la multiplicación de artefactos culturales, así como la ampliación de posibilidades de realización doméstica, facilitan los procesos de apropiación de universos creativos ajenos. Ahora, nosotros podemos reescribir el final de “Lost” o hacer que el doctor House dulcifique su carácter; que Superman pierda sus poderes o que Romeo y Julieta manden al diablo el conflicto entre Capuletos y Montescos y se vayan a vivir felices lejos de sus belicosas familias.


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