sábado, 5 de junio de 2010

Dos finales en clave fantástica

En un post anterior ya hicimos mención a Lost y a una realización británica que estuvo a su altura en cuanto a calidad: Ashes to ashes.

Una importante diferencia entre ambas es la duración. Mientras el producto americano necesitó más de 120 episodios para desplegar su trama, la serie de la BBC se desarrolló en apenas 40 capítulos (si consideramos sus dos ciclos: el primero, titulado “Life on mars” y el que lo sucedió, “Ashes to ashes”).

Otro rasgo distintivo es que, para furia de una parte de sus seguidores, Lost se cerró sin ofrecer respuestas a muchos de los interrogantes que había ido habilitando a lo largo de seis años. En cambio, tras sus cinco temporadas Ashes… no dejó ningún cabo por atar.

También puede decirse que mientras el universo de Lost estuvo poblado por numerosos personajes, la realización del Reino Unido circunscribió la historia al interjuego entre un número menor de protagonistas.

Finalmente, mientras en Lost el concepto de realidad siempre se vio jaqueado por la irrupción de lo desconocido y lo fantástico, estos elementos aparecieron con discontinuidad y menor definición en Ashes.

No obstante, las dos realizaciones tuvieron un tema en común.

Si hay lectores que no las vieron y desean evitar spoilers, recomendamos dejar la lectura en este punto.

El aspecto compartido, que se hace visible en los finales de ambas series, es que plantearon una perspectiva del tránsito hacia la eternidad.

En Lost, los implicados vuelven a reunirse en algún futuro imprecisado para dar ese paso colectivamente. Y lo hacen en un templo, tal como algunas temporadas antes Eko (el falso sacerdote) había anunciado que habría de suceder.

Los seguidores debaten ahora si los autores cumplieron la palabra empeñada hace varios años, cuando sostuvieron que los personajes no estaban muertos. Parece que efectivamente lo hicieron. Aunque luego no se privaron de llevarlos a ese estado.

En Ashes to ashes la revelación es más impactante porque no había indicios suficientes en tal sentido. Sin embargo, no solo Sam Tyler y Alex Drake (en el primer y segundo ciclo, respectivamente) habían muerto. También Ray, Chris y Shaz e, incluso, el omnipotente Gene Hunt, con el agregado de que éste último –aún de manera inconciente, por una jugarreta de la memoria– es el guía que los conduce a esa condición definitiva.

Como pasa con Lost, la finalización de Ashes to ashes también habrá de generar nostalgias entre los seguidores.

Por eso, las Jornadas sobre Lo fantástico en los artefactos culturales nos ofrecerán una buena oportunidad de recuperarlas a través del análisis. Recuerden: los esperamos en octubre. Hay más información en posteos previos.

1 comentario:

  1. El final de Ashes to Ahes fue uno de los mejores que vi, me emocionó mucho y la verdad les tengo mucho cariño a sus personajes sobretodo a Jean Genie (uno de los mejores personajes que vi hasta ahora). La serie en general cierra muy bien... igual hay que verla de nuevo para terminar de cerrar un par de detalles, pero en general me deja muy conforme. Life on mars y Ashes to Ashes están en mi podio de mis 5 mejores series que vi. Estoy entusiasmado en que llegue la hora del debate....

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